Las fotografías de la Colonia Rossell y Rius las tomó como registro del despoblamiento causado sobre todo, a partir de quedar sin el tren. Un lugar de chacras y huertas, con gran producción agrícola, quedó con unas decenas de pobladores, casi todos gente mayor. A cuento me viene una anécdota del almacenero de Villa Española. Martín era irreverente, capaz de decir disparates a los clientes sin medir las consecuencias. Vladimiro era de los pocos que seguía yendo al almacén, le divertía conversar con él. Un día entró una mujer a comprar 50 gr de manteca, cuando le preguntó ¿cuánto le debo? Martín contestó, me debe 200 pesos. La clienta asombrada dijo: ¡está equivocado eso no cuesta! Y él, enfático le dijo: mire Doña, el almacén es mío y yo cobro lo que quiero. Creo que el retrato captó bien la expresión de cómo era ese hombre. Esta muestra de Vladi, además de un homenaje, es un necesario abrazo a quienes lo quisimos. Graciela Gnazzo Mucho agradezco a Suci Viera, a Solange Pastorino y a Álvaro Percovich, sin los cuales no se hubiese logrado la muestra. A Matías que digitalizó varios rollos y preparó los archivos para su impresión. Y a Gerardo por el apoyo y el impulso constante.